Volúmen

Inmerso en plena preparación del Maratón de París, me hallo.

Como mandan los cánones, las series largas y tiradas XXL empiezan a proliferar, todo ello para adquirir el volúmen de kilometraje necesario que requiere afrontar la prueba reina con garantías.

Los entrenamientos están saliendo bastante bien. El mister ha dispuesto un Plan de volúmen asentado en la continuidad de la mejora de la potencia aeróbica - piedra angular de mi evolución como aprendiz de atleta - , que en mi caso funciona asombrosamente. Trabajamos básicamente el volúmen en las series a velocidad de umbral y hasta diez segundos por encima; entreno este que está resultando determinante para mis prestaciones en media maratón, mi talón de aquiles de la pasada temporada.

Y como en toda preparación de maratón, aderezado con sus tiradas largas que hasta el momento, no han pasado de 1h 40´. El próximo domingo tengo la primera de 2 horas.

De momento no hay establecimiento de un ritmo determinado para ellas, simplemente ruedo para acondicionar el cuerpo en aeróbico. Ya vendrán más adelante, impuestas con ritmo.

Aún así, no me sale ninguna a más de 5´ min / km cuando hago regenerativo, y normalmente a 4´45´´ - 4´50´´ cuando ruedo normalito.

La verdad es que después de la tralla para la preparación del 10K, se agradece este período en el que corriendo despacio te empieza a llegar algo de sangre al hipotálamo y, por ende, puedes pensar. Pensar, y recrearte en todo lo que te rodea.

Y a veces, hasta desarrollar alguna idea interesante.

Precisamente el lunes, tenía un rodajillo de 1h 35´, que hice por la CDC y lo disfruté como un enano. Cuando ya llevaba una hora de carrera, me vino a la cabeza una noticia que leí hace poco, a propósito de aprovechar la energía a partir del movimiento humano. La verdad es que, nosotros los corredores, somos unos generadores industriales ambulantes de energía, que se "pierde" cual agua sucia por el sumidero.

Y se me ocurrió que, si alguien pudiese inventar un aparatito no más grande que un MP3, el cual pudiese recoger toda la energía desarrollada en nuestros entrenamientos (recordemos que un corredor desarrolla una fuerza 5 veces superior a su peso en cada zancada), y ésta pudiese transmutarse a un generador doméstico compatible, instalado por ejemplo en nuestra propia casa, podríamos abastecer nuestras propias necesidades energéticas con nuestro propio rendimiento físico, lo cual sería la repera en términos de ahorro energético, biológico y ecológico, amén del consiguiente ahorro para nuestros sufridos bolsillos en tiempos de crisis.

Ello fomentaría también el ejercicio en las personas, que encontrarían una motivación añadida en la práctica deportiva, además de la mejora de la salud, y podría aplicarse a cualquier disciplina deportiva que implicase movimiento, y por consiguiente, energía.

Bueno, a ver si puedo depurar la idea en la tirada de 2 horas del domingo.......jajajajajaja...!!!!

De momento, señores inventores ahí queda eso. Estrújense el seso.