Me gusta el fútbol.
Me gusta ver un buen encuentro, independientemente de los equipos que jueguen, sobre todo aquellos partidos en los que no hay demasiada táctica ni especulaciones, esos en los que ambos equipos salen al campo sin complejos; cuando eso ocurre, normalmente tiene lugar un espectáculo vibrante, y suele haber bastantes goles, la salsa de este deporte.
Aunque con 5 añitos tuve una camiseta del Barça (todos tenemos un pasado), sin ser un forofo, soy seguidor del Real Madrid. Suelo seguir la trayectoria del equipo, si cuadra y lo echan por el plus, algún domingo ó miércoles en Champions voy a casa de mi suegro a verlo, vibro con el equipo cuando lo hace bien, y soy el primero en criticarlo cuando lo hace mal.
El año pasado y sobre todo éste, gracias a unos acontecimientos especiales, he vibrado con el fútbol mucho más que en todo el tiempo en el que soy simpatizante del Real Madrid, con todo su laureado palmarés.
Por la falta de costumbre, supongo:
El primero de ellos ha sido con el Getafe, localidad en la que vivo, que me ha acogido como un madrileño más sin serlo, y por la que no puedo evitar sentir un cariño especial. El equipo de mi pueblo adoptivo, ha logrado en 4 años algo que está al alcance de muy pocos: Subir a primera división y lo más difícil, mantenerse, colarse dos años consecutivos en la final de la Copa del Rey (estuve en la primera contra el Sevilla), eliminar al Oporto y llegar a cuartos de final de la Copa de la Uefa, y tener noqueado a todo un Bayern de Munich durante casi toda la eliminatoria. Le ha ocurrido a casi toda España (las audiencias dan el Getafe-Bayern como uno de los partidos más vistos del año), que han simpatizado con el Geta, a mí viviendo allí, lo he vivido muy de cerca.
Realmente pienso que el destino le debe al Getafe un título; lo ha acariciado durante estos dos años, y se lo ha merecido.
Al igual que le ha pasado a la Selección Española de fútbol en los últimos años.
Lo de la Selección es otra historia, igual que la del Getafe.
Desde que tengo uso de razón, he vivido los partidos de la Selección Española de fútbol con una pasión especial. Recuerdo perfectamente el 12-1 a Malta (yo tenía 12 años), lo estábamos viendo por la tele mi padre y yo, y recuerdo que en el gol de Señor, mi padre dio tal golpe en aquella endeble mesa que el vaso de cerveza que se estaba bebiendo salió volando........No sé lo que tiene el fútbol, pero cuando se gana como aquella vez, te invade una alegría desatada, sólo tienes ganas de saltar y gritar.
Sólo he estado en el campo en un partido de la Selección, curiosamente otro España – Malta en Alicante (4-1). Quien haya ido a ver a la Selección alguna vez, le sonará la escena. La entrada suele ser barata (unos 6 eurillos), y te regalan una banderita de España en tu acceso al campo. Aunque sea un amistoso, un partido de la Selección en España, es una FIESTA. Todo el campo animando al mismo equipo, el color rojo invade la grada, todas las pequeñas banderitas ondeando, no hay malos rollos, no hay pitos como cuando tu equipo no juega demasiado bien, todo el mundo hace la ola...... en fin que te lo pasas pipa.
Reconozco que los partidos amistosos por televisión no les suelo prestar mucha atención, pero cuando llega un Mundial o una Eurocopa, me transformo.
Recuerdo perfectamente todos y cada uno de estos campeonatos: España 82, Euro 84, México 86, Euro 88, Italia 90, EEUU 94, Euro 96, Francia 98, Euro 2000, Japón Corea 2002, Euro 2004 y Alemania 2006. Son muchísimos; exceptuando la Euro del 84 (Subcampeones), en todos los demás nos hemos ido a la calle demasiado pronto, a veces por auténtica mala suerte y en otros por culpa del árbitro, España no ha podido refrendar su verdadero potencial.
Me gusta ver un buen encuentro, independientemente de los equipos que jueguen, sobre todo aquellos partidos en los que no hay demasiada táctica ni especulaciones, esos en los que ambos equipos salen al campo sin complejos; cuando eso ocurre, normalmente tiene lugar un espectáculo vibrante, y suele haber bastantes goles, la salsa de este deporte.
Aunque con 5 añitos tuve una camiseta del Barça (todos tenemos un pasado), sin ser un forofo, soy seguidor del Real Madrid. Suelo seguir la trayectoria del equipo, si cuadra y lo echan por el plus, algún domingo ó miércoles en Champions voy a casa de mi suegro a verlo, vibro con el equipo cuando lo hace bien, y soy el primero en criticarlo cuando lo hace mal.
El año pasado y sobre todo éste, gracias a unos acontecimientos especiales, he vibrado con el fútbol mucho más que en todo el tiempo en el que soy simpatizante del Real Madrid, con todo su laureado palmarés.
Por la falta de costumbre, supongo:
El primero de ellos ha sido con el Getafe, localidad en la que vivo, que me ha acogido como un madrileño más sin serlo, y por la que no puedo evitar sentir un cariño especial. El equipo de mi pueblo adoptivo, ha logrado en 4 años algo que está al alcance de muy pocos: Subir a primera división y lo más difícil, mantenerse, colarse dos años consecutivos en la final de la Copa del Rey (estuve en la primera contra el Sevilla), eliminar al Oporto y llegar a cuartos de final de la Copa de la Uefa, y tener noqueado a todo un Bayern de Munich durante casi toda la eliminatoria. Le ha ocurrido a casi toda España (las audiencias dan el Getafe-Bayern como uno de los partidos más vistos del año), que han simpatizado con el Geta, a mí viviendo allí, lo he vivido muy de cerca.
Realmente pienso que el destino le debe al Getafe un título; lo ha acariciado durante estos dos años, y se lo ha merecido.
Al igual que le ha pasado a la Selección Española de fútbol en los últimos años.
Lo de la Selección es otra historia, igual que la del Getafe.
Desde que tengo uso de razón, he vivido los partidos de la Selección Española de fútbol con una pasión especial. Recuerdo perfectamente el 12-1 a Malta (yo tenía 12 años), lo estábamos viendo por la tele mi padre y yo, y recuerdo que en el gol de Señor, mi padre dio tal golpe en aquella endeble mesa que el vaso de cerveza que se estaba bebiendo salió volando........No sé lo que tiene el fútbol, pero cuando se gana como aquella vez, te invade una alegría desatada, sólo tienes ganas de saltar y gritar.
Sólo he estado en el campo en un partido de la Selección, curiosamente otro España – Malta en Alicante (4-1). Quien haya ido a ver a la Selección alguna vez, le sonará la escena. La entrada suele ser barata (unos 6 eurillos), y te regalan una banderita de España en tu acceso al campo. Aunque sea un amistoso, un partido de la Selección en España, es una FIESTA. Todo el campo animando al mismo equipo, el color rojo invade la grada, todas las pequeñas banderitas ondeando, no hay malos rollos, no hay pitos como cuando tu equipo no juega demasiado bien, todo el mundo hace la ola...... en fin que te lo pasas pipa.
Reconozco que los partidos amistosos por televisión no les suelo prestar mucha atención, pero cuando llega un Mundial o una Eurocopa, me transformo.
Recuerdo perfectamente todos y cada uno de estos campeonatos: España 82, Euro 84, México 86, Euro 88, Italia 90, EEUU 94, Euro 96, Francia 98, Euro 2000, Japón Corea 2002, Euro 2004 y Alemania 2006. Son muchísimos; exceptuando la Euro del 84 (Subcampeones), en todos los demás nos hemos ido a la calle demasiado pronto, a veces por auténtica mala suerte y en otros por culpa del árbitro, España no ha podido refrendar su verdadero potencial.
Esta vez se presentaba como otra más. Los medios vendiendo la burra antes de tiempo, optimismo desmedido.... en fin, lo de siempre.
Mi ritual siempre es el mismo. Cada vez que hay un partido de la Selección en un campeonato, coloco en la televisión la bufanda, una cadena colgando, y me enfundo mi vieja y roida camiseta de España del mundial USA 94 (sí, la del codazo de Tasotti), y lo sigo con pasión desde el principio.
El primer partido pintó bastante bien (igual que en Portugal), no hay que hacerse demasiadas ilusiones. Aunque hay que reconocer que Villa lo bordó. El segundo contra Suecia, me pilló en Lillo, un día antes de hacer la Media Maratón de Bolaños. Las pasamos putas hasta el final, pero el gol de Villa in extremis despejó los nubarrones (creo que ahí estuvo la clave), nos daba brillantemente la clasificación como primeros de grupo, poder dar descanso a los habituales y dar la oportunidad a los suplentes en el partido contra Grecia.
Este último hecho creo que fué lo que unió al grupo; daba gusto ver como se abrazaban todos a celebrar los goles, suplentes y titulares. Hacía mucho tiempo que no se veía en la Selección un grupo tan unido.
Desde que se supo que nos toco Italia en cuartos, los peores recuerdos vinieron a mi mente. Incluso dije en el foro de el atleta, que si eliminábamos a Italia seríamos campeones.
El partido fué jodido, muy jodido. Les ganamos en todo, pero no se plasmaba en el marcador. Recuerdo el detalle, justo antes de los lanzamientos de penaltys, de los dos capitanes (Buffon y Casillas), dándose la mano. Casillas estaba muy nervioso, y Buffon mascando chicle y sonriendo constantemente. Como si ya supiese el final de esa película que había visto ya varias veces.
Los papeles se cambiaron; el mejor portero bajo palos cuando de penaltys se trata no tuvo su día, y el mejor portero del mundo pero que no para un penalty ni por equivocación detuvo dos, España a seminifinales y el delirio se desata en el país.
Acabé afónico esa noche, gritando y saltando por toda la casa, más contento que si hubiesen ganado ya la Eurocopa. Porque yo ya sabía que estaba ganada.
El partido de semis contra Rusia fué un puro trámite (les cayeron 7 goles en dos partidos), y la final contra Alemania casi más de lo mismo, aunque el marcador sólo reflejase la obra maestra de Torres.
No me gustan los desfiles de las fuerzas armadas, ni el día de la Constitución ni nada de esto, por lo que no me gusta demasiado ver banderas españolas colgadas en los balcones.
Pero me ha gustado verlas esta vez, en mayor número y por este motivo, durante una semana entera.
Una inmensa alegría.
PD: Por cierto; he dicho que he venido ya de vacaciones ;-) ??
5 comentarios:
Yo tampoco soy futbolero, salvo para mundiales o eurocopas.
Me pasa igual con otros deportes como el baloncesto, balonmano o waterpolo. No sigo ninguna liga, es más, me importan un bledo, pero los acontecimientos internacionales procuro no perdermelos. Soy un aficionado ocasional, un globero que se diría, pero procuro ser respetuoso, no criticar ni a jugadores ni al entrenador, más que nada porque no tengo ni p. idea, pero disfruto, sí, lo reconozco.
Y este año como nunca (en futbol, claro. Para todo los demás tenemos otros campeones con menos tirón mediático, pero eso es otra historia)
Por cierto, mi infancia, desde que nací hasta los 7 añitos transcurrió por el Parque de las Margaritas, enfrente del antiguo campo de futbol del Getafe. Mi padre me llevaba algún domingo a ver al Getafe, pero mi cabeza pensaba más en Ocaña, Fuentes, Pesarrodona o Eddy Merckxs.
Un saludo.
Hola Antonio, ya conozco tu opinión al respecto, y estoy totalmente de acuerdo en que efectivamente hay muchos otros deportes en los que destacamos, y sus protagonistas no son tratados con los mismos honores.
Yo al menos como aficionado al deporte en general, disfruto muchísimo de todos nuestros éxitos, y también comparto contigo la afición al ciclismo; tuve muchos años la pared de mi habitación empapelá con Perico Delgado....jajajaja....!!!
Y ahora que estoy contestando y tengo hueco, me voy pa tu Blog que tengo una cosa pendiente ;-)
Un abrazo.
Lo cierto es que ehmos disfrutado todos con el futbol, mira que aveces son cansinos durante el año con tanto futbol, pero en ocasiones como está merece la pena estár atentos.
Bienvenido paquetillo, y no tardes tanto en escribir
Otra vez de vuelta x aki. Hacia 1 tiempecillo que no seguía tus aventuras pero ya me tienes otra vez x aki. En lo que respecta al futbol. Es un deporte que me encanta xk lo he practicado toda mi vida. He disfrutado mucho con la victoria de nuestro pais. Un saludo amigo
No te quejes Lander; 3 entradas he hecho hoy....jajajajjaa..vaya atracón !!!
Osc@r, si me das permiso linkeo tu Blog aquí ;-)
Puedes hacer lo propio en el tuyo, si quieres.
Publicar un comentario