(Del lat. discutĕre, disipar, resolver).
1. tr. Dicho de dos o más personas: Examinar atenta y particularmente una materia.
2. tr. Contender y alegar razones contra el parecer de alguien. Todos discutían sus decisiones. U. m. c. intr. Discutieron con el contratista sobre el precio de la obra.
Esto es lo que dice la RAE sobre la palabra discutir.
Particularmente, me parece positivo discutir siempre que haya un enrriquecimiento mútuo entre oradores, fruto del intercambio de pareceres, sin crispación y desde el respeto.
Cuando una conversación se torna discusión y ésta se enquista, se caldean los ánimos hasta tal punto que, cada uno defiende a ultranza sus ideas, y no hay forma de mover al otro de su postura, me parece absurdo seguir..... sólo toca callar y respetar las ideas del otro, y esperar que tu interlocutor haga lo propio contigo.
1. tr. Dicho de dos o más personas: Examinar atenta y particularmente una materia.
2. tr. Contender y alegar razones contra el parecer de alguien. Todos discutían sus decisiones. U. m. c. intr. Discutieron con el contratista sobre el precio de la obra.
Esto es lo que dice la RAE sobre la palabra discutir.
Particularmente, me parece positivo discutir siempre que haya un enrriquecimiento mútuo entre oradores, fruto del intercambio de pareceres, sin crispación y desde el respeto.
Cuando una conversación se torna discusión y ésta se enquista, se caldean los ánimos hasta tal punto que, cada uno defiende a ultranza sus ideas, y no hay forma de mover al otro de su postura, me parece absurdo seguir..... sólo toca callar y respetar las ideas del otro, y esperar que tu interlocutor haga lo propio contigo.
Así es como yo lo entiendo.
Por eso, decidí hace tiempo que hay tres temas calientes, por los que no merece la pena discutir con nadie (y menos aún con familia):
1- Fútbol
2- Religión
3- Política
Los tres tienen un denominador común, y éste es la afinidad que se puede sentir hacia un color determinado.
Pero me llama poderosamente la atención, la tendencia de la gente en general, en foros, charlas de sobremesa etc, a defender en política unos colores a muerte, llegando a un forofismo que me resulta del todo incomprensible.
Yo también tengo mis colores como todo el mundo, pero no discuto con nadie por este motivo, porque considero:
a) Actualmente ningún partido político es la fiel imagen de la gestión que se le presupone por sus ideales. Los ancestrales arquetipos son en esencia utópicos en la sociedad actual, y van mezclándose y dando cabida a otros más progresistas.
b) El Capitalismo imperante condiciona todos los modelos políticos existentes; al final, no están tan lejos unos de otros.
c) Ningún partido político ni ninguno de sus integrantes me merece la más mínima confianza.
Entiendo que en los foros, el “supuesto anonimato” puede dar pie a acaloradas discusiones (al margen de Trolls), pero lo que me resulta difícil de entender es en los bis a bis, ya sea con amigos, conocidos, familia......; siempre que sale uno de estos temas acaba en probable disgusto.
Aunque si tenemos un poco de suerte, puede surgir la figura que calme los ánimos, es el que yo denomino:
El Oponente inteligente:
No es un cobarde. Simplemente es listo; cuando observa que una discusión de temas calientes no lleva a ningún sitio y empieza a adquirir tintes peligrosos, intenta cambiar la dirección de la conversación ó sutilmente le da la razón.
Y la razón se le daba a los clientes y a los tontos; no ¿?
Por eso, decidí hace tiempo que hay tres temas calientes, por los que no merece la pena discutir con nadie (y menos aún con familia):
1- Fútbol
2- Religión
3- Política
Los tres tienen un denominador común, y éste es la afinidad que se puede sentir hacia un color determinado.
Pero me llama poderosamente la atención, la tendencia de la gente en general, en foros, charlas de sobremesa etc, a defender en política unos colores a muerte, llegando a un forofismo que me resulta del todo incomprensible.
Yo también tengo mis colores como todo el mundo, pero no discuto con nadie por este motivo, porque considero:
a) Actualmente ningún partido político es la fiel imagen de la gestión que se le presupone por sus ideales. Los ancestrales arquetipos son en esencia utópicos en la sociedad actual, y van mezclándose y dando cabida a otros más progresistas.
b) El Capitalismo imperante condiciona todos los modelos políticos existentes; al final, no están tan lejos unos de otros.
c) Ningún partido político ni ninguno de sus integrantes me merece la más mínima confianza.
Entiendo que en los foros, el “supuesto anonimato” puede dar pie a acaloradas discusiones (al margen de Trolls), pero lo que me resulta difícil de entender es en los bis a bis, ya sea con amigos, conocidos, familia......; siempre que sale uno de estos temas acaba en probable disgusto.
Aunque si tenemos un poco de suerte, puede surgir la figura que calme los ánimos, es el que yo denomino:
El Oponente inteligente:
No es un cobarde. Simplemente es listo; cuando observa que una discusión de temas calientes no lleva a ningún sitio y empieza a adquirir tintes peligrosos, intenta cambiar la dirección de la conversación ó sutilmente le da la razón.
Y la razón se le daba a los clientes y a los tontos; no ¿?
3 comentarios:
Tienes razón, hermanito.
Me das la razón ?? Me estás llamando "cliente ó tonto" ??
Jajajajajajja......!!!!
Un abrazo.
Paco Malagueta
Lo que tú quieras....jajaja
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